Se trata de un procedimiento quirúrgico que, asistido por un mecanismo de succión al vacío o por un sistema laser (lipoaspiración laser), permite quitar tejido graso acumulado en distintas partes del cuerpo, mejorando el contorno corporal. Este procedimiento se ha vuelto muy popular entre los pacientes de ambos sexos por ser una técnica confiable que en manos especializadas deja cicatrices mínimas.

Aunque no es un método para corregir la obesidad generalizada, puede aplicarse a cualquier zona con un acumulo graso:
Papada, cuello, mejillas, brazos, muslos, caderas, nalgas, rodillas, tobillos, abdomen, espalda. En el hombre se puede usar también para reducir la grasa en las mamas y flancos (rollos).
El asesoramiento con profesionales idóneos es el primer paso para una cirugía exitosa.

Para obtener buenos resultados es necesario que la piel sea sana y elástica para que tenga la capacidad de retraerse después de la cirugía. Si los tejidos están muy fláccidos, su cirujano puede recomendarle una solución más compleja: una dermolipectomia quirúrgica combinada con lipoaspiración intraoperatoria.

La lipoaspiración quita sólo grasa, por lo tanto no puede eliminar irregularidades de la piel, conocidas popularmente como celulitis. Los resultados finales se pueden apreciar recién, después de varios meses, una vez resuelto el edema y retraída la piel.
Cada año se realizan miles de procedimientos de liposucción con todo éxito.