Las líneas de expresión, comúnmente llamadas «Patas de Gallo» o «Arrugas del Entrecejo», son las marcas que se producen en la piel como consecuencia de la realización de un mismo movimiento muscular o gesto miles de veces.

La toxina Botulínica, ha sido utilizada durante más de 20 años con fines terapéuticos y desde hace unos 10 años en el campo de la cirugía plástica y estética.

Es una toxina proteínica purificada producida por una bacteria llamada Clostridium Botulinum, no produce efectos colaterales adversos. Esto se debe a que las cantidades utilizadas en el tratamiento de las líneas de expresión son muy pequeñas y no llegan a diseminarse por el resto del organismo.

Las líneas de expresión de la frente, el entrecejo, las patas de gallo son las áreas estéticas comúnmente tratadas con la toxina botulínica. Hay que estar consciente de que este tratamiento no es un sustituto de la cirugía de rejuvenecimiento facial.

El efecto de la toxina Botulínica tiene una duración entre 6 a 8 meses, luego se puede volver a realizar una nueva aplicación sin ningún tipo de efecto adverso.

Es importante que un cirujano plástico entrenado en esta práctica realice el procedimiento, para evitar complicaciones, ya que es el único que está familiarizado con la anatomía de la cara y sus músculos.